Sin darnos cuenta creamos vínculos, tramas energéticas a las que quedamos sujetos aún a la distancia que nos aportan o condicionan. Elegí sabiamente con quién te compartís, con quién te cultivas.
¿Y si toda la energía que vamos dando por ahí para escuchar, ayudar, contener, la usáramos exclusivamente para nosotros mismos?
Conecta con tu cuerpo, escuchalo, estiralo. Comenzá a observarte. Comien
Nuestro cuerpo tiene sabiduría sanadora. Yo sé, internamente, instintivamente, cómo sanarme. Comenzar a escuchar esa voz, a observar las señales a mi alrededor. El camino está lleno de señales, que siempre estuvieron y siempre estarán, es nuestro trabajo aprender a prestar atención. Aprender a ver más allá. Aprender a OBSERVAR.
Confía en el universo, en el camino, en el proceso. Estas exactamente donde tenes que estar. Te lo juro. Comenzá a observar con panorama y lo vas a notar. Aunque no reconozca este presente, aunque me parezca demasiado utópica esta realidad a la cual no estoy acostumbrada, sé a dónde me dirijo, porque elijo a donde me dirijo y eso me da la seguridad de que estoy en donde tengo que estar. El tiempo es el perfecto. Ni antes, ni después. El preciso.
CUIDA LA ENERGÍA QUE CULTIVAS
QUE NO TE LA DRENEN LOS DEMÁS
QUE CADA QUIEN HAGA SU PROPIA BÚSQUEDA DE LIBERACIÓN
QUE NO SE CUELGUEN DE TU PROCESO
DE TU CAMINO
DE TU IMPULSO.
Tu impulso es tuyo.
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